«Las Angus, los Valverdes, las Albertinas y los Evos en tiempo de “influencers” y de RRSS»

Por: Gabriel Campero /

Durante la última década y, sobre todo, en nuestro país se sabe que las redes sociales crean y destruyen, ya en estos últimos años el impacto ha disminuido ya que una gran cantidad de personas tienen conocimiento de la existencia de las fake news o noticias falsas, las cuales durante el auge de su surgimiento en nuestro país lograron causar estragos y solo para recordar un ejemplo tenemos el caso “Valverde”, que inventó un hijo al expresidente Evo, lo cual dio un duro golpe en el resultado del Referéndum del 2016, recordar también que el autor de dicha infamia sigue despotricando libremente e incluso se da el lujo de hablar de que en el  Estado Plurinacional no hay libertad de expresión.

«Más allá de ese caso, que es uno de los más emblemáticos, tenemos lo que se denominan “influencers”, que son personas que generan contenido y que tienen gran cantidad de público y seguidores. Las redes sociales se han convertido en espacio de ataque y a su vez han demostrado desde hace varios años que el racismo está muy latente y que el mismo no es un invento del MAS. Es ahí que cuando hablamos de crear y destruir, se da el caso de una influencer de origen indígena, de la cual expusieron que cobraba alrededor de 1.000 dólares por publicidad en sus redes sociales. Esto en sí no es malo, (lo que no significa que me agraden los influencers), sino que al descubrir esto una buena parte de la población sacó nuevamente ese racismo incrustado con frases como “no que era humilde”, “ven que no es pobre”, como si fuera un pecado que alguien indígena cobre por publicidad, y más aún, nos trae de regreso al golpe de Estado cuando veíamos a Roxana Lizárraga, ministra de Comunicación de Añez, alarmando a los medios de comunicación privados mostrando la cama de Evo Morales en la Casa Grande y tachar aquello como el dormitorio de un jeque árabe, como si el indígena no tuviera el derecho de dormir en un colchón.»