Luis Oporto: Nunca he recibido directrices políticas en mi trabajo cultural

Oporto cumple su primer año a la cabeza de la FCBCB. Asegura que este año se abrirán la Casa Imaná y la Casa Núñez del Prado. Destaca la recuperación de dos valiosos archivos en Beni y Potosí.

Liliana Carrillo V. / La Paz

Hace un año, el historiador y archivista Luis Oporto asumió la presidencia del Consejo  de Administración de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB). En este tiempo -asegura- ha tenido que enfrentar muchos desafíos ante el receso de un sector afectado especialmente por la crisis sanitaria y política en el país.

“La crisis política, por un lado, la crisis sanitaria por otro lado tuvieron un efecto muy grande en la Fundación y cuesta pues volver a arrancar; pero no es una tarea imposible”, asegura el presidente de la Fundación que custodia  los más importantes repositorios de Bolivia  y que no estuvo excenta de cuestionamientos,  tanto en el gobierno de Morales como de Añez.

Para Oporto, la cuestión es clara: la Fundación debe ser un ente altamente técnico y abocarse estrictamente a lo que señala la ley de su creación: administrar esos cinco repositorios y los centros culturales. “Debo manifestar con mucha claridad que no he recibido ninguna directriz política sino exclusivamente relacionada a las labores culturales que realizamos”, recalca.

Siendo un adolescente dejó su natal Llallagua, en Potosí, para cambiar el trabajo de en la mina que parecía signado por los libros. Llegó solo a La Paz, se inscribió en el colegio Ayacucho y luego en la facultad de Humanidades de la UMSA.

De allí más dedicó su vida a los archivos: dirigió durante 14 años la Biblioteca del Museo Nacional de Etnografía y Folklore y otros tantos, la Biblioteca de la Vicepresidencia. Ahora, a la cabeza de la FCBCB, impulsa la recuperación de otros valiosos archivos como el Nicolás Suarez. “Hay que tener pasión para trabajar en cultura”, asegura Oporto y así sigue la charla:

¿Cómo evalúa el primer año en la presidencia del Consejo de la Fundación Cultural de BCB?

Fue un año con muchos desafíos, sin duda alguna. Desde el momento que ingresamos vimos una institución en receso total. Por ejemplo, algo estructural, el POA estructurado con el que hemos trabajado  ha sido elaborado el 2020, por el consejo de administración anterior y obviamente hemos tenido que hacer muchos ajustes. Felizmente, el consejo de administración vigente está conformado por personalidades de mucha experiencia y trayectoria  que han acompañado al proceso de manera militante y hemos finalizado el 2021 con  57 sesiones. Eso se debe a que había muchas tareas que encarar para la reactivación cultural, uno de los sectores más castigados por la crisis.  Las consecuencias se ven aun  porque la norma señala que el presupuesto no puede ser menor al ejecutado y obviamente ese ejecutado era muy bajo en 2020 y eso nos ha afectado y nos va a afectar todavía para este 2022.

El 2021 hemos realizado más de 250  actividades grandes. La Fundación ha salido de su espacio de confort para interactuar con es espacios rurales de  El Alto, Cochabamba,  Santa Cruz,  Potosí,  Chuquisaca,  La Paz . Y por primera vez  jóvenes de culturas emergentes han visto asombrados que hay una fundación que busca apoyarlos.

Esta es una fundación nacional. Tenemos presencia en La Paz, Potosí, Sucre y Santa Cruz, Y se han impulsado las itinerancias culturales, los museos han salido allí donde está la gente. Hemos llegado a todo el país, excepto Cobija, Pando, que es un tema pendiente.

¿Cuál es la situación de los repositorios de la FCBC? la Casa de la Moneda, por ejemplo, precisa intervenciones urgentes

La Casa de la Moneda es la construcción civil más grande que ha construido España en América, por eso la llaman  El Escorial de América; pero intervenir en la Moneda no solo pasa por la decisión de la  Fundación. El ministerio de Culturas tiene tuición sobre todos los monumentos patrimoniales, entonces para intervenir en ellos hay que pedir autorización y como son bienes tan sensibles, los expertos deben hacer un examen minucioso para establecer si esas intervenciones se ajustan a la extensa norma internacional de conservación, desde el convenio de Viena. Después de meses hemos logrado la autorización y se ha licitado. Y ese es otro problema porque hay pocas empresas especializadas.

Se ha decidido además realizar un diagnóstico integral de la Casa de la Moneda ante la humedad en el inmueble, donde hay  dos vertientes naturales que fluyen los 365 días. El año pasado hemos hecho una intervención muy apegada a la ciencia de restauración, se ha colocado una cubierta debajo de la cubierta colonial que va a garantizar que el agua fluya a  los canales de desagüe y no se filtre.

El  2021 el estudio integral se ha licitado, tras largos meses negociación, por 1,5 millones de bolivianos para que una empresa especializada haga el estudio minucioso de lo que adolece la Casa de la Moneda.

Además, nuestros esfuerzos han sido gratificados con una decisión histórica del Banco Central de Bolivia. Hemos presentado un proyecto de inversiones  plurianuales rumbo  al 2025. En ese presupuesto tenemos garantizada la construcción de un Centro de la Revolución de las Culturas Populares en la ciudad de El Alto, que pronto tendrá un centro de alto nivel que no tendrá nada que envidiar a ninguno del país o el exterior.

Lamentablemente don Gil Imaná partió sin ver la apertura de su casa museo que donó a la Fundación. ¿Cuándo se abrirá la Casa Imaná? 

Lamentablemente el artista  falleció en 2021, un gran dolor, pero la Fundación ya ha empezado los trabajos con el mantenimiento de todas las cubiertas de la casa, que estaban en muy mal estado. Se está desarrollando un proyecto a diseño final. Actualmente se están haciendo labores para recuperar la morfología original de la casa, que ha sido sometida a muchas añadiduras. Está planificado que se abra este 2022 al público. Es el desafío.

La misma tarea se está realizando con la Casa Marina Núñez del Prado que ha sido transferida con ley del Estado a la Fcbcb.  Ya se han hecho tareas necesarias de infraestructura. Hay que trabajar aún más con esa casa, esperamos abrir la parte patrimonial también  este 2022.

En 2020 se intentó pasar La Sombrerería de Sucre a la Fundación, que permanece cerrada. ¿En qué quedó ese traspaso?

La Sombrerería es propiedad de la Asamblea Legislativa Plurinacional, está bajo la tuición el Ministerio de Culturas. En la gestión 2020 de manera discrecional se firmó un convenio para transferir La Sombrerería a la Fundación Cultural, pero estaba fuera de norma. Una de las primeras acciones que tomó el gobierno del presidente Luis Arce Catacora fue promulgar un decreto señalando con claridad cuál es el derecho propietario y quién tiene  la tuición sobre ese bien inmueble y son la Asamblea Legislativa y el Ministerio de Culturas. La Fundación sólo puede realizar labores de mantenimiento y conservación de patrimonio monumental en los predios en los que tenga el derecho propietario.

https://www.paginasiete.bo/u/fotografias/m/2022/1/31/f768x1-385274_385401_5050.jpgLuis Oporto en entrevista con Página Siete. 
Foto: FBCB

Su gestión pone énfasis también en los archivos, como no podía ser de otra manera.

Y ahí tenemos una buena noticia de la FC, pues había un tema pendiente desde 2015, que era el Archivo de la Casa Suárez hermanos. El Archivo de la Casa Suárez hermanos es un raro ejemplo de archivo de la historia económica del país. Está ubicado en la frontera con Brasil, en  Guayaramerín; llegar allí para ver el archivo de Nicolás Suárez, el rey de la goma, ya es impresionante porque por azares de la vida esa memoria no se destruyó pese al clima amazónico que no es precisamente amable con los documentos. Ya había un acuerdo desde 2015 con Homero Carvalho para que el Archivo pase a la Fundación. 

Se han ido perfeccionando los trámites; pero había un problema sin el cual no podíamos dar ni un paso: el derecho propietario. La Universidad Autónoma José Ballivián de Beni seguía siendo dueña del predio donde está el archivo. Hemos trabajado con el rector Jesús Eguez Rivero y él  ha tomado como un desafío propio lograr la transferencia de este bien inmueble a la Fundación. Ya está el proyecto de ley para ser aprobación en  la Asamblea Legislativa. Ese archivo resolverá los problemas de la historia económica de Bolivia y sus nexos comerciales con Europa.

Además, la Casa Moneda contiene  en su interior dos repositorios documentales de importancia singular que no deberían estar ahí: El Archivo Colonial, donde está la historia económica íntima de la Colonia, y la portentosa Biblioteca de la Sociedad de Geografía e Historia de Potosí, que era la dueña original del archivo que menciono. La Sociedad le entregó el Archivo y su Biblioteca al Gobierno que la albergó en la Casa de la Moneda donde se encuentra. Ante esa situación, hemos tomado la decisión de construir un edificio moderno, funcional, destinado exclusivamente a custodiar el Archivo Colonial y la Biblioteca de la  Sociedad de Geografía e Historia de Potosí y es un presupuesto de 28 millones para 2022 y al 2024 supera los 140 millones.

El  Museo Nacional de Arte ha dado un cambio en la lógica  estética política, prueba de ello es la muestra Bianual sobre arte indígena que no incluye autores indígenas. ¿A qué apunta el MNA?

 No ha perdido su vocación. La actual dirección que está a cargo de un reconocido artista, Iván Castellón, con una trayectoria importante. Vamos a seguir cuidando con esmero esas obras que expresan el arte boliviano. Pero era también importante mostrar cómo el artista ha interpretado la realidad del país, no hay artistas indígenas porque habían sido relegados por razones históricas, pero sí se ha interpretado lo indígena por terceros y esa muestra bianual responde a la metodología de las anteriores gestiones con exposiciones bienales. Se ha avanzado mucho en el MNA, uno de los grandes logros es haber construido la tercera fase de la recuperación de la Villa de París, con joyas como el mural del Rey Carlos IV.

Las gestiones que precedieron a la suya han sido cuestionadas por   su adhesión a los gobiernos de turno.  ¿Cuánto pesa lo político en la Fundación?

Debo manifestar con mucha claridad que no he recibido ninguna directriz política sino exclusivamente relacionada a las labores culturales que realizamos. La Fundación reúne a la élite con más alta formación que tiene el país, élite en el sentido que son profesionales que han alcanzado un nivel muy probo en su trabajo. Este grupo de profesionales altamente calificados deben realizar su trabajo con un compromiso también, con la nación, con la sociedad y es allí que hemos abierto los espacios públicos de la Fundación a la sociedad boliviana. Los estudiantes de escuela, colegio y universidad no pagan entradas para entrar a los repositorios. Las instituciones culturales de cualquier naturaleza, de jóvenes que no tenían espacios para promocionar su arte su creación cultural, acceden a simple solicitud a nuestros espacios. No puede ser de otra manera porque la Fundación  tiene los más importantes repositorios que son espacios para fomentar las artes, la cultura, la investigación. En este sentido es una política de puertas abiertas.

La pandemia ha tenido efecto en la Fundación y hemos impulsado una política de virtualización, entonces los repositorios ahora tienen esa tendencia y uno de los proyectos más connotados ha sido el del Museo de Etnografía y Folklore que lo ha titulado 360 grados. Uno a través de su espacio de confort puede ingresar a hacer un recorrido por todos los espacios del museo, puede analizar un bien cultural en 360 grados, aproximar en detalle, eso sólo en países del primer mundo y aquí en Bolivia.

Es necesaria para su labor una buena relación con el Ministerio de Culturas, cómo evalúa usted la labor del ministerio?

 Es fundamental, todas nuestras actividades las realizamos en estrecha relación y coordinación con el Ministerio de Culturas. No olvidemos que el consejo de administración está conformado por siete miembros: cuatro designados por el Banco Central y tres designados por el Ministerio de Culturas que son el consejero José Antonio Rocha, el consejero Roberto Aguilar Mamani Mamani y el exconsejo que es ahora viceministro de Interculturalidad Juan Carlos Cordero. Ellos ganan por sesión realizada. Si no participan no reciben dieta.
 

HOJA DE VIDA
Luis Oporto

  • Vida Nació en Llallagua, Potosí. Es licenciado en Historia y Magíster en Historias Andinas y Amazónicas (UMSA).
  • Trayectoria Fue director y jefe de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional desde 2002.

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