La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) afirmó que al menos el 51% de los ahorros en la banca están en Depósitos a Plazo Fijo (DPF). Esta es una muestra de confianza de los bolivianos en el sistema financiero nacional.
Las personas que quieren depositar sus dineros en el sistema bancario tienen tres posibilidades: cuenta corriente (utilizado más por empresas para el manejo de cheques), caja de ahorro (usadas con tarjetas de débito en cajeros) y DPF.
El DPF es uno de los indicadores que más llama la atención a nivel de ahorros. En esta modalidad, el dinero se inmoviliza durante un cierto tiempo; es decir que, si una persona deposita sus recursos a seis meses de plazo, en ese tiempo no lo puede utilizar.
Este tipo de depósito le permite al sistema bancario programar sus operaciones de crédito de financiamiento a sus prestatarios y al ahorrista tener una tasa de interés “y mientras el plazo sea más largo, la tasa es mayor”.
Este porcentaje de depósitos también muestra la capacidad de ahorro de los bolivianos y no requieren movilizar sus recursos debido a la estabilidad laboral, sus negocios permiten cubrir las necesidades de gasto; y, por otro lado, la confianza, alguien que deposita más de un año tiene que tener confianza sobre la economía y el sistema financiero.
De acuerdo a la ASFI, los Depósitos a Plazo Fijo están en un promedio cercano a tres años, lo cual refleja la buena confianza que tiene la población sobre el sistema financiero, respecto a años pasados cuando no era de igual manera.
De acuerdo a los antecedentes, en la década de los 90 y principios del 2000, los índices eran por supuesto inferiores, el plazo promedio no se acercaba si quiera a un año, los depósitos eran muy volátiles y por eso los créditos también eran de corto plazo.
Debido a que los ahorristas confían en el sistema financiero, ahora se puede acceder a créditos de 25 hasta 30 años plazo, respecto a los 10 a 15 años que antes se otorgaba.
